domingo, 30 de mayo de 2010

CAPITULOS XVI y XVII El Patio de los Perdidos

YA SE ACERCA EL DESENLACE, ¿QUÉ ALUMNO DE 5ºA AYUDARÁ A NUESTRO PROTAGONISTA?

CAPITULO XVI


Saliendo de ese tema, otro momento donde se nos da pie a descargar tensiones es el cambio de hora, la delegada aunque intenta cumplir su rol lo mejor posible no consigue controlar el estado de sitio en el que se convierte la clase. Los más cercanos a la hiperactividad comienzan su guerra particular de balonazos, aunque se excusan diciendo que es para colocarlos bien y que no nos los quiten por la tarde los que entran a actividades extraescolares.

Algunos que están tonteando empiezan a insultar a algunas niñas, ellas se defienden y les llaman mil cosas, la delegada apunta en la pizarra a los niños, aunque deja a varios sin apuntar, entonces ya empezamos a quejarnos todos, en esa tesitura nos encuentra nuestro tutor, así que imaginaros como se pone. Nuestra clase está situada en la segunda planta de un edificio, así que los maestros que dan clase en los pórticos también, necesariamente, deben invertir algunos minutos en subir hasta nuestra aula y son esos momentos los que aprovechamos.

No ocurre todas las horas porque tenemos muchas horas seguidas con nuestro tutor pero vamos, se nota que esperamos ansiosamente esos descansos. Con las mismas ganas intentamos a diario, sobre todo en las últimas horas que estamos más cansados o aburridos, el viejo truco del servicio, del cuarto de baño, de beber agua, etc.

En mi clase hay verdaderos expertos, todo hay que decirlo. Eso es un arte como ellos dicen, como cualquier otro. Una especialidad, aunque también influyen muchas circunstancias. Si el maestro está explicando algo importante, si estamos en un control, si estamos corrigiendo unas actividades de clase, hay momentos en los que es claramente descabellado pedir permiso para ir al cuarto de baño, el No rotundo aparece en la frente del maestro sin ni siquiera hacer ademán de pedirlo. Muchos compañeros caen en el error de intentarlo. Es una situación graciosa, a pesar de que lo normal es levantar la mano para pedir permiso para alguna cosa, a veces, movidos por la necesidad nos levantamos de nuestra mesa y nos acercamos a la mesa del maestro. Como decía es graciosa porque nuestro tutor nos conoce mucho y algunos en el mismo momento que se están levantando así con cara rara, los mira y les dice:
Fulanito no puedes ir al cuarto de baño ahora, siéntate.

Y fulanito nos mira algo ruborizado, se sonríe como diciendo lo intenté y se sienta, los demás sonreímos básicamente porque sabemos de antemano que no era una necesidad real, simplemente las ganas de evadirse un poco de la clase y dejar de ver los componentes de la sangre, o las formas no personales de los verbos.
Los expertos son los que aprovechan cualquier situación, entra un maestro a comentarle algo a otro, se están repartiendo algunas informaciones para los padres, etc. En ese momento se acerca con cara de corderito a punto de ser degollado, a ese gesto en el rostro debe acompañarse una posición de manos especial, cercanas al vientre y un achinamiento considerable de los ojos, una vez cumplidas estas premisas, pedir con un tono bajo de voz al maestro:

¿Don Menganito puedo ir al cuarto de baño que no me puedo aguantar?

Casi siempre funciona, sobre todo como digo los expertos, en cada clase hay expertos de muchas cosas, en la mía, los del cuarto de baño son verdaderos profesionales.


CAPITULO XVII


Borja me dijo que se quedaría un rato descansando, que me vendría bien dar una vuelta solo, darle un poco al coco y sobre todo relajarme. Asentí con la cabeza y me dispuse a tomar la calle arriba, sin un camino concreto.

Al llegar a la altura de la Iglesia del barrio, contemplé una imagen insólita, estaba completamente solitaria, la confluencia de varias calles, ese pequeño jardín a modo de isla, que separa dos calles tan tradicionales, una por su devoción a la Virgen y otra por sus carnavales.

Así, a simple vista, parecía un desierto. Continúe en dirección al centro de la ciudad. No llevaría más de cinco minutos caminando, cuando de repente, me encontré con una muchacha de unos 17 o 18 años, iba tranquila bajando la calle que yo subía. Su rostro era risueño, era muy guapa y tenía el pelo rizado.

Todavía no había llegado a mi altura cuando ya estaba ruborizándome. Mis mejillas empezaban a ponerse a punto de ebullición. De un colorado dinamita. No podía superarlo. En circunstancias normales, no hubiese sido capaz de decirle ni hola, hubiese agachado la cabeza, con las orejas gachas y habría continuado mi camino. Pero… no podía perder esa oportunidad. Si todo esto era un sueño, como me contaba Borja, o no lo era. Si todo esto tenía algo que ver con el libro que empecé a leer, debía intentar resolverlo. Era la primera persona que me encontraba desde que vi a Borja y empezó a contarme todo.

Mi arrojo fue, diría yo, como el de los grandes toreros, mis mejillas estaban más rojas que el capote de cualquiera de ellos, centré mis ojos en su mirada y le dije:

-Perdona, ¿tú estudias en mi colegio? Al acabar de pronunciar la
frase caí en la cuenta de la estupidez de mi pregunta. No daba una, ¿qué pensaría la muchacha? ¡Este niño es tonto (y con razón)! No había preguntas en el mundo para comenzar una conversación con una chica que esa pregunta…Pensé: “como siempre, ¡qué desastre eres Vicente!, ¡qué desastre!”.

Entonces, la muchacha reaccionó extrañada, o eso me pareció por su mirada, aunque con una sonrisa (para mi angelical) contestó:

- ¿De tu colegio? no sé, ¿cuál es el tuyo?

Su pregunta era normal, si sólo un palurdo como yo puede preguntar semejante tontería, encima sin decirle el nombre del colegio. Le dije el nombre de mi colegio y ella no fue tan parca en palabras, se le notaba que era extrovertida, muy simpática, pues siempre sonreía cuando hablaba, y además extremadamente guapa. Lo tenía todo.

Yo, mientras, seguía ruborizado. Supongo que ella lo notaría, pero con gran delicadeza, ni me dijo nada, ni hizo ningún comentario alusivo al estado de mis mejillas.

-Como te decía, soy Miriam, estudio 4º de Eso en tu colegio, es cierto, y nada, aquí andando iba hacia allí, ¡fíjate qué curiosidad! He quedado con unos compañeros para hacer un trabajo.

-¿Cómo? -mi reacción no se hizo esperar-. No sabía si hablar con ella, pero no encontraba otra solución. ¿Te importa que nos sentemos y te cuente una cosa rápidamente? -estaba empezando a soltarme con las chicas, le estaba proponiendo casi una cita, ¡qué valor! ¡Cuando se lo contase a mis amigos¡

-Bueno, tengo algo de prisa, pero vamos, si no es mucho tiempo…Venga puedes contarme lo que quieras. Se te ve en la carilla que estás preocupado por algo. Arranca, ¡venga!

-Mira, Miriam… - no encontraba la manera de arrancar-, te puede parecer muy extraño e inverosímil todo lo que te voy a contar, pero necesito escuchar tu opinión. Debido a un libro de Literatura estoy metido en un problema. Podrás reírte pero es creíble. No sé como has aparecido tú por aquí. Yo me levanté el otro día, fui al colegio y en vez de colegio había un solar, luego han ido sucediendo cosas raras, he conocido a un chico llamado Borja. Me ha explicado que él también ha vivido esta experiencia y me ha hecho pensar. Creo que todo se debe a un libro que me dio mi profesor y no lo leí entero, lo dejé a medias. Ahora estoy muy “rallado” no sé que hacer, ni sé la manera de que todo vuelva a la normalidad. Te lo he resumido de la mejor manera posible. No sé que habrás entendido tú, Miriam.

-Bueno muchacho, no me has dicho tu nombre, ¿cómo te llamas?

-Vicente, Vicente Villar, perdona, los nervios y eso.

-Bien Vicente, te voy a ayudar pero tú también me debes ayudar a mí. Esto es muy sencillo, tú pones de tu parte y yo te resuelvo tu problema y te olvidas de esta locura que estás viviendo.

-Si de verdad me liberas de esto, hago lo que haga falta -te puede convencer cualquiera de muchas cosas, pero si la persona que te intenta convencer es una muchacha como Miriam, aceptas con los ojos cerrados, eso puedes tenerlo claro-. Bien, pero no me vas a decir que no hay explicación para toda esta maraña de cosas ¿verdad? ¿Tú no decías que ibas a hacer un trabajo con unos compañeros de clase?

-Y así era chico, pero se antepuso el secreto del libro de Don Ricardo.

-¿Cómo has dicho? ¿Conoces la historia, conoces a ese profesor y todo lo que me ha pasado?

-Lo que te ha pasado no sé, pero sí, la historia la conozco y te la resumo enseguida. Mira, atento, que te vas a quedar helado chaval. Aquí es todo como un puzzle verás que pronto te encajan todas las piezas. Todo empezó con Borja.

-¿También lo conoces?

-Desgraciadamente sí, dijo Miriam -fue la primera vez que no mantuvo esa sonrisa tan bonita después de hablar-. A lo que vamos chico, como te contaba, Borja estuvo a punto de repetir sexto curso. Quizá esto lo sepas pero es para aclararlo todo bien. Don Ricardo le dio el libro. Te ha engañado diciendo que salías tú. El libro hablaba de un chico, no recuerdo el nombre. Era un libro para aprender a apreciar la lectura, y saber que es importante sacar el curso adelante. Entonces, dejó el libro a medias. Es cierto, según veo, que no sé de que manera, ni explicación, llegó al colegio, convertido en solar. Allí estuvo un rato como te dijo, pero la manera de salir de allí, nuevamente es un camelo. Te volvió a mentir.

-¿Y cómo salió? -pregunté yo ya impaciente.

-Salió escribiendo en el libro que ayudaría a cualquier muchacho que le pasara lo que a él le había pasado. Eso viene en la parte final del libro. Él leyó el libro como te dijo y en las páginas finales, una vez acabado el libro, dentro de las recomendaciones del autor, viene un cuestionario. Lo rellenó y justo después, cuando se acercó a la calle, vio que todo había vuelto a la normalidad. Ese año acabo su curso, algo asustado por este acontecimiento, pero aprobando las asignaturas y pasando a Secundaria.

Ahora, tú has dejado el mismo libro a medias, y el secreto del libro de Don Ricardo, ha hecho lo demás. Has aparecido aquí, y Borja, para su sorpresa ha vuelto al mismo lugar en el que estuvo cuando tenía tu edad. El cuestionario instaba: “y si un muchacho está en tu misma situación, ¿lo ayudarías para que saliera de ella, serías capaz de explicarle tu experiencia, o pasarías de él y no le harías caso?”

Borja, contestó que sí. Así pues, cuando dejaste el libro a medias y viajaste hasta el solar, al poco tiempo, apareció él, para intentar hacerte comprender.

-Me dejas más tranquilo Miriam. Ahora todo empieza a tener su explicación. Pero… ¿tú que haces aquí, metida en todo esto? ¿Y si todo es tan fácil, digo yo qué…podrá llegar todo a la normalidad? ¿Tengo que esperar mucho?

-Pues chico, si te soy sincera, todo depende de si me ayudas. Como a veces en la vida, la gente se aprovecha de las cosas que se hacen por su bien, y buscan su interés. Borja te ha metido en un lío, y a mí también. Ahora hay que unirse para salir de aquí.

viernes, 21 de mayo de 2010

TAREAS VIERNES 21 DE MAYO

Conocimiento del medio: Resumen página 197. Estudiar para el control, actividades de repaso 1,2,3,4 y 7 página 199.

Lengua: ejercicio 7 página 204. Estudiar verbos, estudiar para el control.

Matemáticas: ejercicio 15 página 187. Resumen de la página 187. Ejercicios de repaso 6 y 11 página 189.

Buen fin de semana y buen trabajo.

jueves, 20 de mayo de 2010

TAREAS JUEVES 20/05/2010

Lengua: ejercicios 4,5 y 6 página 204 y estudiar verbos. También repasar la teoría de todo el tema - La semana que viene el martes tendremos el control.

Matemáticas:Resumen de el giro y la traslación página 186 y ejercicio 12. También cada uno tiene ejercicios según le haya salido el minutero. Sobre todo repasar el cálculo.
El control será el próximo miércoles.

Conocimiento del Medio: Resumen de las páginas 194,195 y 196, repasar todo lo anterior ya que hoy al final no ha habido minutero. El control será el próximo miércoles.

No olvidéis estudiar 1 hora cada día. Buena tarde y buen trabajo.

miércoles, 19 de mayo de 2010

EL PATIO DE LOS PERDIDOS CAPITULO XIV y XV

CAPITULO XIV

Hablaros de cómo estamos en clase es bastante fácil, supongo que todos habéis pasado por estos momentos. Hay una gran variedad, los maestros piensan que se dan cuenta de todo, nosotros a veces les hacemos creer que sí, sobre todo por el bien de la clase, es fundamental la discreción, aunque ese concepto algunos no consiguen tenerlo claro, son a los que vulgarmente se les conoce como chivatos. En mi clase no hay muchos pero de vez en cuando aparecen y toman la palabra, afortunadamente casi todos nuestros maestros los conocen y no confían ciegamente en ellos.
Ahora que están los maestros de prácticas es más complicado el tráfico de papelitos, ese mercado es único y exclusivo de las niñas, nosotros esporádicamente participamos, unos más que otros pero normalmente tomamos el papel de meros correos, es decir, manos ágiles que llevan la mercancía de un lugar a otro de la clase. Como os decía, ahora es más complicado, aunque paralelamente a ese mercado también toma fuerza el lanzamiento de gomas, bolígrafos, tizas, etc. Práctica antigua y habitual en toda clase que se precie.
En estas semanas, con tres maestros dentro del aula es difícil todo este tipo de entretenimiento, salvo que nuestro tutor, que está organizando el viaje de fin de curso, se ausente de clase, entonces toman fuerza nuevamente nuestros entretenimientos, pues aunque no deberíamos aprovecharnos tanto, los maestros de prácticas no nos riñen tanto y si lo hacen muchos de mis compañeros no le hacen mucho caso.


CAPÍTULO XV
-Me quedé unos minutos dando vueltas por el salón, me acerqué a la cocina a beber un poco de agua. Había sido una situación algo comprometida (aunque mucha gente pueda pensar lo contrario). Cada uno tiene una forma de ser, yo soy tímido por naturaleza y estaba aprendiendo a aceptarlo.
Cuando volvía de la cocina, recordé que había dejado algo pendiente. ¡El libro!... el libro estaba encima del escritorio, con un separador que me regaló un compañero de clase, abierto por las primeras páginas. Llegué a la habitación y me quedé mirando al libro. Me llegaron a la memoria las palabras de Don Ricardo, cómo me había dicho, por activa y por pasiva, que por nada del mundo dejara el libro a medias.
Sólo habían sido diez minutos, no creo que fuese para tanto, me decía a mí mismo, pero no acababa de tener tranquila la conciencia, siendo sincero, no había cumplido lo que me dijo.
Cuando aún estaba dudando entre seguir el libro o dejarlo para más adelante (ya que había desobedecido al profesor, darían igual unos minutos, que unas horas, me consolaba con esta reflexión movido por la pereza). Me encontraba en la disyuntiva de dejar el libro o continuar la historia del chico de sexto de primaria.
-Y elegiste dejarlo, ¿me equivoco? –saltando como un resorte, le pregunté a Borja.
-Efectivamente, Vicente, esta vez acertaste. Pero me ayudó a tomar la decisión una circunstancia concreta. Mi madre se acercó a mi habitación y me dijo: "Venga, Borja, ve vistiéndote que nos vamos". ¿Nos vamos?, pregunté yo alucinando. "Claro hijo mío, ¿no te pregunté la semana pasada qué día te venía mejor para ir a comprar la ropa de la boda de tu primo? Tú me dijiste, que el lunes, que los martes no tenías casi nunca controles", insistió mi madre.
Yo odiaba ir a comprar ropa, eso de probarme tantas cosas, y tantas veces. Estaba deseando que mi madre me dejara ir sólo a comprarme la ropa y no tener que esperar tanto tiempo. Me cansaba, siempre decía que si me gustaba tal pantalón, tal camisa, que me los probase bien, una talla, otra, otra, y si protestaba, peor todavía, era infernal.
Una de las cosas que menos me gustaban hacer, ir a las tiendas. Pero no había manera de escapar" Así que, el libro, definitivamente, se quedó por las primeras páginas, abierto, esperando mi llegada. Allí, familiarizándose con los demás objetos del escritorio: el estuche del colegio, el mp3 y las cartas de los fichajes de la Liga.
Llegué ya tarde a casa, me duché, cené y a la cama. Concilié fácilmente el sueño, para nada pensé en el libro ya, ni siquiera en las consecuencias negativas que me había advertido Don Ricardo.
Cuando desperté, me encontré una situación surrealista, por ponerle un calificativo. No desperté en la cama, abrí los ojos y comprobé que estaba apoyado en la pared de un solar. Pude distinguir, antes de frotarme los ojos, que se trataba de nuestro colegio. En un primer momento, pensé que era una pesadilla, la ropa que llevaba puesta era la misma que llevaba esa tarde, cuando estaba leyendo el libro.
Parecía cómo si hubiese dormido apoyando la cabeza en la parte más lejana del solar, en la pared más alejada del campo de arena. No conseguía despertar, incluso me di unas "tortitas" en la cara a ver si conseguía salir de mi asombro, imposible, fueron unos momentos dramáticos, una sensación de agobio impresionante.
No sabía como reaccionar, para más sorpresa, al levantarme del suelo, me percaté que llevaba algo en el bolsillo de atrás del vaquero. Lo saqué y te imaginas lo que era Vicente…
-¡El libro, el libro, el libro!!! -grité desenfrenado.
-Bien, muy bien -contestó Borja, con una tranquilidad pasmosa, como si estuviese esperando mi respuesta-. Efectivamente, cogí el libro, sumido aún en el desconcierto, me puse a caminar hacia la calle, había comprendido rápidamente que el solar del libro, coincidía en su descripción con el solar que, existía, en ausencia de nuestro colegio.
No había dado más de cuatro pasos, cuando abrí el libro por la primera página. No puedes imaginar lo que leí. Comenzaba diciendo:
"No tengo problema en presentarme, soy Borja, tengo 12 años y estudio sexto de primaria…"
Sólo pude leer esa frase, cerré el libro de la misma manera que cierras la puerta a un extraño, eran sentimientos que nunca había vivido. Miedo, terror, ¡no sabes lo mal que lo pasé!
Me guardé el libro en el bolsillo de atrás del vaquero, salí corriendo, espantado, de esa zona del solar. Llegué a la calle, la carretera, desde la acera intenté divisar la presencia de alguna persona. Nada de nada. Ni un alma, sería la hora de entrada al colegio, más o menos sobre las nueve de la mañana. No es que esta zona sea céntrica, pero siempre hay mucho movimiento de personas, coches, comercios, bares, etc. Pues nadie, nadie a quién preguntarle, eso me hizo sopesar y volver a darle bastante fuerza a la idea de que todo era producto de un sueño, un sueño bastante disparatado.
Una vez llegado a este punto, la curiosidad se adueñó de mí. Visto lo visto, no podía buscar más allá de lo que tenía cerca. Así que, ni corto ni perezoso, me volví a adentrar en el solar. Me senté en el suelo, saqué el libro, y comencé a leer.
Era sorprendente. Estaba leyendo y me "bebía" literalmente las páginas, eran cincuenta, pero me parecieron muchísimas menos.
Aunque lo más sorprendente no fue eso, sino que la historia del libro, ¡era mi propia historia! Mi vida llevada a un texto. Hablaba en primera persona e iba desgranando, con todo lujo de detalles, todas mis inquietudes, mis sueños, mis defectos, mis complejos, etc.
Una gran parte de la historia se basaba en mi situación escolar. Pero sobrepasaba al presente. En el momento que empezaba a describir mis problemas escolares, mis notas académicas, continuaba el libro hablando sobre mi futuro. Esa parte era la que más me atraía. Según el personaje, Borja, es decir, yo mismo, gracias a la lectura, superaba el curso, pasaba a Secundaria. Aunque esa parte, que era la parte final del libro, no estaba muy bien desarrollada. Se limitaba a decir que, gracias a la fuerza de voluntad del chico, y al descubrimiento del valor de la lectura, alcanzaba todos los objetivos del curso, sus profesores acababan muy contentos con él, sus padres y su familia también, y lo mejor de todo, él se sentía muy feliz y orgulloso de su progreso. ¿Qué te parece, Vicente?- me preguntó Borja.
-¿Qué quieres que te diga? -contesté yo-. Me dejas de piedra, pero no me puedes dejar así, continúa, por favor.
-Veo que ya estás cambiando chico, ese espíritu indomable de adelantarte a los acontecimientos y a lo que se te cuenta, estás encauzándolo, vas por buen camino. Pues bien, pudo haber pasado una hora, quizá algo más, pero para mí fueron pocos minutos, era la primera vez que me entusiasmaba de esa forma por un libro (es de recibo decir, que se trataba de mi vida, era obvio, pero el entusiasmo leyendo existía, y nunca había hecho acto de presencia en otras ocasiones).
Cuando estaba concluyendo la lectura del libro, quedaba una página en blanco para finalizarlo, el texto hablaba sobre cómo había podido salir Borja de la situación que se encontraba, era una especie de conclusión o de agradecimiento por todo lo bueno que le había sucedido, pasé página y… la última página estaba en blanco.
No me lo podía creer, la única esperanza que tenía, o eso creía en un primer momento, la esperanza de que el libro me diese alguna solución, de que me ofreciera algo con sentido en todo esto, se disipaba.
No puedo explicarte cómo llegó a mis manos, supongo que igual que el libro llegó a mi bolsillo, sin explicación alguna, al notar un pequeño objeto, en uno de los bolsillos delanteros del pantalón, se me encendió la bombilla, la luz llegó como por arte de magia, la imaginación, normalmente de vacaciones cuando estoy en clase, acampó en mi cerebro.
-No te entiendo, Borja –mi interrupción no se debió a la impaciencia, sino a que no comprendía lo que me quería explicar Borja.
-Perdona Vicente -me dijo-, me estoy dejando llevar y puedo estar liándote un poco, te lo aclararé. Fue una idea ingenua, propia de un niño, pero… ¡bendita ingenuidad! Saqué el bolígrafo que llevaba en el bolsillo.
Sin dilación, comencé con naturalidad a escribir la página en blanco. En el fondo, pensé, el libro era sobre mí pues, ¿quién mejor que yo para acabarlo?
No sabía si todo esto era un sueño o no, no me quedaba del todo claro todavía, así que, para curarme en salud, escribí lo siguiente en el libro:
"Y agradezco principalmente a mi profesor de Lengua, Don Ricardo, que me prestase un libro, me ayudó muchísimo. Consiguió, (ahí empezó mi historia, mi mentirijilla, mi llave para volver a la vida diaria) que por mi cabeza asomaran cantidad de ideas sobre la lectura, hasta soñé que mi colegio se convertía en un solar, que me encontraba sin nadie, como perdido, pero gracias a Dios sólo fue un sueño, un sueño que me hizo caer en la cuenta de que la lectura, debe ser muy importante en la vida de las personas, que solamente hay que saber dejarse llevar, acercarse a un libro como si contase nuestra propia historia.
Así he aprendido a valorar la lectura, y ese ha sido el gran secreto que me ha hecho poder sacar mi curso y progresar en mi colegio. Fin."
-¿Cómo? -solté yo-. No era una pregunta, más bien era el asombro el que me hacía preguntar, porque había escuchado perfectamente lo que me había contado Borja.
-Pues lo que te cuento -afirmó Borja-. Hasta hace poco tiempo, todavía me planteaba, si había sido un sueño, un sueño dentro de un sueño, algo rocambolesco, o si era cierto, si en verdad lo que me había sucedido, del libro, del colegio y todo lo demás, pertenecía a la realidad.
Pero estando nuevamente aquí, me da que pensar. Más bien, me atrevería a decir que no fue un sueño, digo yo. No sé, nada es imposible, eso es lo único que tengo claro.

CONTINUARÁ...

TENEMOS QUE SEGUIR UN POCO MÁS (1 HORA DE ESTUDIO)

Lengua: ejercicio 2 página 204.
Resumen de los parlamentos y actividad que cada uno seleccione.
Estudiar verbos cada uno según le corresponda.
Estudiar todo lo anterior prepararlo bien antes del control.

Matemáticas:
Ejemplos de simetría y resumen de Simetría.
Ejercicios 10 y 11 página 185. Repasar tema anterior áreas y perímetros.

Conocimiento del Medio:
Leer bien páginas 194 y 195, estudiar todo lo anterior para minutero.

Buena tarde y buen trabajo.

martes, 18 de mayo de 2010

Martes 18/05/2010

Matemáticas: Para los que no hayan superado el minutero resumen completo de la página 184. y para todos los demás incluido estos últimos ejercicios 8 y 9 de la página 184. Los ejercicios o cálculo pendientes de otros controles ya se han escrito en la pizarra.

Lengua: Ejercicios 1 y 8 de la página 204. Estudio de todo lo anterior. Y leer página 202 y 203 Los parlamentos.

Conocimiento del Medio: Estudiar para el minutero de mañana y leer Arte rupestre y monumentos megalíticos.

Buen trabajo y buena tarde.

lunes, 17 de mayo de 2010

HOY MÁS QUE NUNCA 1 HORA DE ESTUDIO

Matemáticas: ejercicios 5 y 6 página 183. Leer página 184.

Lengua: Copiar cuadro azul y recuerda páginas 200 y 2001. Repasar verbos y todo lo anterior.

Conocimiento del Medio: Hacer resumen de la Edad de los Metales páginas 192 y 193.
Estudiar todo lo demás.

Buena tarde y buen trabajo.

jueves, 13 de mayo de 2010

Jueves 13/05/10

Matemáticas: Leer páginas primeras del tema 14. Tener cuaderno al día. Repasar los problemas que hayas tenido dudas en el examen pasado.

Lengua: Resumen de las frases hechas, primer ejercicio de esa misma página. Estudiar verbos ser y estar. Repasar las oraciones según la actitud del hablante.

Conocimiento del medio: Llevar al día el cuaderno, estudiar la fotocopia y los apartados ya dado sobre la Prehistoria.

13 de mayo (Inglés)

Recuerdo que tenéis que estudiar las fotocopias de los posesivos y la teoría sobre las question tags que podéis encontrar en el cuaderno.
El lunes vamos a realizar un minutero sobre lo que llevamos en esta unidad 8 y revisaré  las actividades 2, 4 y 5 de las págs 70 y 71 del Activity Book.

miércoles, 12 de mayo de 2010

EL PATIO DE LOS PERDIDOS CAPITULOS XII Y XIII

CAPITULO XII

En lo referente a madurar puede llevar razón mi tutor pero no comparto del todo su tesis con respecto a lo de crecer (aunque no me gusta hablar del tema de la estatura, porque yo no es que sea muy alto aunque mis padres dicen que pronto daré el estirón), ¡las niñas de mi clase nos sacan una cabeza! Yo no sé que comerán, pero cuando vamos en la fila se percibe una diferencia bastante importante. Salvo unos cuantos compañeros que son algo más altos, por lo general, ellas tienen mayor estatura. Mi madre comenta con mi padre que es por el desarrollo, pero bueno, ya veremos en Secundaria si cambia la historia.

La Secundaria, ¡ufff!, ¡miedo le tengo! No quiero asustarme ni crearme castillos en el aire sobre lo complicado que será pero… ya tengo varios amigos en primero de E.S.O y me han informado. Sobre todo, me dicen que el primer trimestre es durillo porque se han tenido que adaptar a muchas cosas: profesores, asignaturas, horarios, tareas, exámenes…

Voy dejando el tema que sólo de comentarlo me entran los sudores de la muerte. Antes que empiecen esos asuntos tengo que hacer frente a este curso. No puedo confiarme, porque aunque ahora mismo lo esté llevando medio bien, faltan algunos meses y supongo que irá aumentando la dificultad y los contenidos de las materias.

Estas últimas semanas se me están pasando volando. Además, ahora en mi clase hay alumnos de prácticas de magisterio. Ellos están con nosotros porque se están preparando para ser maestros en un futuro próximo. Es una profesión que me gusta. Mis padres a veces dicen:

-¡Mira qué no tienen suerte los maestros, con tres meses de vacaciones y todas las fiestas del año!

Ese es un buen motivo para ser profe. Como iba diciendo, con nosotros ahora mismo están dos alumnos de magisterio. Uno pertenece a la Escuela Universitaria de Magisterio de la Iglesia y el otro a la Universidad Pública. Van a coincidir poco más de una semana. Uno ya mismo acaba y el otro sólo se quedará dos semanas. Son muy agradables y nos tratan muy bien.







CAPITULO XIII

-Bueno como te iba contando, Borja, para el martes no tenía muchas tareas. Era lunes y el tiempo estaba bastante revoltoso, las nubes estaban a sus anchas, buscando pelea, el cielo se tornaba grisáceo y amenazaba tormenta.

Me fui al cuarto después de merendar y me entretuve un poco pensando en el martes porque teníamos partido en el recreo y jugábamos contra sexto B, así es que necesitábamos ganar a toda costa ya que el empate no serviría para nada porque de esa manera pasarían ellos a la semifinal.

Al final acabé por dejar esos pensamientos e intenté hacer un esfuerzo y ponerme a leer. Cuanto antes empezará, antes lo iba a acabar. Lo único que me pesaba era la idea de tener que acabarlo del tirón. ¿Cincuenta páginas es cortito? Me preguntaba a mí mismo, pues no sé qué será largo para este hombre (Don Ricardo). Entonces, abrí el libro y comencé a leer. ¿Estás preparado Vicente?

-Preparado, ¿para qué?

-Para escuchar el contenido del libro, sobre lo que versa la historia que me dio a leer Don Ricardo -dijo Borja con cierto desaire. Parecía que debía saber el por qué, o quizá fuese su carácter.

-Claro, claro que lo estoy, Borja, tranquilo ya no me voy a sorprender de nada- solté con una sonrisa medio burlona.

-Pues ya veremos, quizá ahora cambies de idea. El libro, para aclararte todo antes, estaba escrito por Don Ricardo.

-¡Jajajaja! -me salió una gran carcajada. Pues igual que el mío Borja, si ya te digo, supongo que será el mismo.

-Bueno ya no me detengo más. El libro comenzaba así:

“Es un buen momento para las presentaciones, me llamo Vicente tengo 11 años y estudio sexto de primaria…”

Mi rostro según Borja, empezó a palidecer, noté como un nudo en la garganta. Las manos se tornaban abanicos en movimiento constante, las piernas se convirtieron en toneladas de cemento.

-No puede ser cierto Borja, me dejas sin palabras, además esto se empieza a escapar de mis manos, de nuevo estoy como al principio, no me cuadra nada. Por favor sigue hablando estoy impaciente por saber de qué va todo esto.

-Tranquilo, Vicente -con un tono muy cercano, me habló Borja. Voy a seguir con mi historia, tú escucha con atención. Como te decía, la historia hablaba de Vicente, un chico de 11 años que estudiaba sexto de Primaria. En las primeras páginas me hablaba de sus gustos, de su clase, de su colegio, de sus aficiones, cosas normales, lo habitual que va sucediendo en tu vida en esta edad.

A partir del capítulo dos, la historia daba un vuelco descomunal, se levantaba un buen día iba al colegio y su colegio había desaparecido, se encontraba a algunos profesores que le indicaban ciertas cosas y al final, el chico tomó la opción de adentrarse en el patio (lo que era antiguamente el patio del colegio) e indagar para intentar descubrir alguna pista que le sirviera para entender todo lo que sucedía.

-¡Borjaaaaaaaaa! -exclamé desesperado ya, movido por la histeria, descontrolado completamente, con los nervios a flor de piel-. ¡Borja, esa es mi historiaaa!, ¿tú lo sabes? Creo que te expliqué todo cuando te encontré en la parte que correspondía al bar del colegio, hace unas horas… ¿No estarás gastándome una broma? No tendría ni pizca de gracia.

-Ehh, chico - respondió Borja con gran naturalidad-. Te estoy diciendo la verdad. Tienes que mentalizarte de que vas creciendo. Vas a pasar a Secundaria en breve y no puedes vivir en la Luna de Valencia, ni estar en Belén con los pastores, como dice mi madre. La realidad es otra, la vida ya te está empezando a cambiar y esto si te ha pasado tendrás que descubrir por qué es.

Yo ya he vivido esto, ahora mismo estoy experimentando algo nuevo. Sé porqué te está sucediendo todas estas cosas, yo ya las he pasado, y también sé que estoy aquí porque tengo que crecer de alguna manera.

La explicación no la vas a encontrar como caída del cielo, piensa en ti, y piensa todo lo que está pasando, quizá así sea la única manera de que te enteres de algo. Yo estoy intentando explicarte las cosas, pero no saques conclusiones tan precipitadas.

Acostumbra a escuchar, a escuchar sin estar pensando en otra cosa al mismo tiempo. Yo era como tú, y parece que me han servido estos años.

-¿Estos años? -nuevamente me adelanté, con otra pregunta.

-Venga, bah -sonrió Borja-. Veo que es complicado contigo, Vicente, ¿pero tú has escuchado toda la parrafada que te he soltado?

-Sí, sí, -contesté con desparpajo asintiendo incluso con la cabeza de adelante hacia atrás, para hacer más creíble mi respuesta aunque, sinceramente, todo, todo no lo había pillado pero cualquiera le decía eso a Borja.

-Intentaré continuar antes de que me saltes con otra cuestión -dijo Borja con cierto cachondeito. Parecía que éramos ya amigos, y eso que solamente llevábamos juntos unas cuantas horas.

-Como iba diciendo, el chico se pateo de arriba a bajo, de cabo a rabo, todo el solar, y no encontraba nada, para su desesperación no veía a nadie en la calle, intentó llamar a su familia y nadie le contestaba al teléfono. En ese momento, en ese preciso momento de la historia, me rendí, me dejé vencer por la tentación, la sutil y delicada tentación del sonido del teléfono.

La tentación no era tan golosa en sí, lo que pasa que esperaba una llamada. En ese momento me daba mucha vergüenza reconocerlo, te lo prometo, y no sé lo decía a nadie, pero me gustaba una chica de mi clase. Le había dicho que me llamara para que me dijese las tareas de Mates. No era ese verdaderamente el motivo por el que quería que me llamase, yo las tenía apuntadas en mi cuaderno perfectamente señaladas, los ejercicios, los problemas y las cuentas de dividir con decimales.

La verdadera intención no era otra que hablar con ella. Me gustaba desde hacía tiempo pero no me atrevía ni siquiera a mantener una conversación con ella diáfana y sin interrupciones. Cuando la veía acercarse en el patio, me ponía colorado, mis mejillas se sonrojaban como si todo el sol de la ciudad a las cuatro de la tarde en pleno agosto me estuviera dando a mí.

¡Qué vergüenza! Total, que hablé con ella, le pregunté los ejercicios, hice como si los estuviese copiando y le comenté si ella ya los había terminado, si le habían parecido fáciles o difíciles. Y cuando vi que se acercaba mi madre a la salita donde tenemos el teléfono, raudo y veloz le di las gracias por todo y solté un soso, simple, y rácano: “mañana nos vemos”.

La timidez tiene eso, no sacas fuerzas para comportarte como lo haces con tus amigos, en tu ambiente. No creas que lo he superado, todavía sigo llevando a cuestas esa dificultad para tratar con las chicas, evidentemente con las que me gustan. Aunque algo si voy superándome. Estas cosas sólo te las cuento a ti, para que sepas toda la historia, sin cortes ni censuras, pero normalmente no hablo de chicas.

-Vale, vale, Borja, no te preocupes que yo no diré nada, no sé siquiera de quien me hablas. Me siento reflejado en muchos de los comentarios que has dicho sobre la actitud con las chicas, yo soy algo tímido también, bueno, tímido al cuadrado -este último tema de conversación acababa ya de unirnos del todo, la expresión de nuestro rostro lo decía todo.

Existía cierta complicidad a pesar de la diferencia de edad. Nos miramos a la cara y soltamos una carcajada. La confianza en el otro crecía por minutos, estábamos abriendo nuestro corazón y eso a mí me hacía sentirme muy relajado, con mucha paz por dentro.

Teníamos la llave que nos abriría la puerta del camino a casa, a nuestra vida real, él lo sabía por eso me ayudaba y yo todavía tenía que mentalizarme para ello.

-Voy a continuar -dijo Borja-, que me he enrollado hablando de la niña ésta. Cuando acabé la llamada, precipitado realmente por la presencia de mi madre en la salita, nervioso porque no quería que me preguntase nada, sobre todo si me había oído decirle que no tenía las tareas de mates, cuando ella siempre me dice que apunte todo.

Me iba a pillar, aunque en el fondo las madres lo saben todo, se dan cuenta más rápido de lo que nos pensamos de todas las cosas que nos van sucediendo. Con todo el jaleo olvidé volver al libro, la llamada era demasiado importante para mí en ese momento como para recordar que tenía un libro en la mesa del cuarto, ¿me entiendes, Vicente?

Puse cara de total empatía con Borja, y le dije con franqueza:
-Te entiendo perfectamente Borja, a cualquier chico se le hubiera olvidado. Pero… ¿qué pasó después? -la intriga me hizo volver a adelantarme a sus palabras, estaba tan cerca que la emoción me hacía mostrarme muy impulsivo, todo lo que me había contado me resultaba tan extraño. ¿Qué quería decir? ¿Él leyó un libro sobre mí, cuando yo todavía estaba en el primer ciclo de Primaria? Quién me iba a hacer creer que sería tan arriesgado dejarme un libro a medias…

EL CÁLCULO NOS FALLA HAY QUE REMEDIARLO

Matemáticas: Seguimos fallando en las divisiones y las multiplicaciones, deberíamos hacer una de cada a diario para no perder la agilidad mental. Preparar el cuaderno con el tema 13 si no están acabados algunos ejercicios. Hacer la portada del tema 14. Copiar los conceptos clave y leer páginas 182 y 183.

Lengua: Estudiar verbos ser y estar. Estudiar páginas 196 y 197. Copiar en el cuaderno las normas de la coma, estudiarlas y hacer el ejercicio 19. ( los ejercicios 13,14,15 y 16 de la página 197 deben estar hechos de clase)

Conocimiento del Medio: Estudiar para el control, tener al día el cuaderno. Leer página 190 y 191. Hemos dado tiempo en clase para hacer el resumen del Paleolítico. Leer la fotocopia el apartado del neolítico.

Buena tarde y buen trabajo.

martes, 11 de mayo de 2010

Hay que seguir ya va quedando menos

Lengua: Resumen páginas 196 y 197. ejercicios 8 y 9 página 195. Estudiar verbos ser y estar.

Conocimiento del medio: Portada tema 14. Leer páginas 188 y 189. Leer fotocopia. Estudiar control tema 13.

Matemáticas: Preparar el cuaderno con los temas no evaluados. Preparar el control. Estudiar fórmulas de áreas y revisar los problemas hechos en la pizarra hoy.

Buena tarde y buen trabajo.

CAPITULOS X y XI EL PATIO DE LOS PERDIDOS

CAPITULO X


Hay algún grupo más en la clase. No podemos olvidar a las niñas. Aunque algunas forman parte de la asociación bocadillo-rebajas, otras se concentran diariamente en el cuarto de baño. Parece que celebran una reunión o algo parecido. Algunos días Don Rafael tiene que advertirles de que el recreo es abajo y que no estén tanto tiempo ahí dentro. Supongo que hablarán de sus cosas, aunque digo yo, que hay otros lugares para charlar. Pero bueno, ellas sabrán, yo en ese tema no me meto.


También podemos destacar a otro grupo que se sitúa alrededor de la fuente. Allí juegan “a pillar” o algún que otro juego que se inventan en ese momento. Yo no tengo un grupo definido, hay días que prefiero jugar al fútbol y otros días que me junto con los compañeros que juegan “a pillar”.


El día que nos unimos todos y participamos juntos es cuando hay partido de liga. El profesor de Religión ha creado la LFP. No se trata de la liga de fútbol profesional como rezan esas siglas, sino la Liga de Fútbol de Primaria, y esta la formamos los quintos y los sextos. Tenemos nuestro calendario que se cuelga en las carteleras de los cursos y cada jornada se vive de manera apasionada. Para evitar enfados y peleas se han establecido unos puntos extra por la deportividad. En cada encuentro el equipo más deportivo, es decir, con menos faltas, con menos discusiones… gana puntos. Así, aunque haya perdido su partido, todos los equipos tienen la posibilidad de subir puestos en la clasificación. El objetivo principal es sano: disfrutar y participar juntos como clase, y se está consiguiendo; aunque si ganamos nos alegramos más porque a nadie le amarga un dulce.


Hay días que hasta nuestros profesores juegan con nosotros. Ahora en los recreos no hay muchos problemas, parece que hemos aprendido a disfrutar de estos ratos juntos, sin crear polémicas ni situaciones de conflicto. El año anterior no había recreo que no discutiésemos. Principalmente el problema radicaba en los lugares de juego. Al fondo del campo de tierra hay un pequeño espacio, donde jugábamos al fútbol algunos compañeros y algunas niñas querían jugar al voleibol. Después, cuando subíamos a clase, comenzaba el debate con nuestro tutor. Intentábamos llegar a un acuerdo, pero ningún grupo queríamos ceder. Vimos que era imposible, que si no cedíamos un poquito en nuestras pretensiones, nadie podía salir beneficiado.


Todos lo comprendimos y entramos en razón. El tema quedó solucionado. La fórmula era muy sencilla, creamos una imaginaria línea y, a partir de ahí, había que respetar el espacio que pertenecía a los otros.


No tardamos en comprender que más allá de la línea, la diferencia con respecto a la situación anterior era, simplemente, nuestra intención de solucionar el problema y poner de nuestra parte. Todo quedó en agua de borrajas y así seguimos. De hecho, este curso ya hemos cambiado de lugar estratégico. No hay conflictos.


Además, en los grupos de juego, sobre todo en el fútbol, ya hay bastante presencia femenina. Eso, según nuestro tutor, es un logro únicamente nuestro, conseguido gracias a nosotros. También comentó que habíamos madurado y crecido como grupo. Aunque yo sólo veo que ahora ya no nos resulta tan incómodo estar con las niñas de la clase, ni ellas con nosotros. Antes éramos casi enemigos unos de otros.


CAPITULO XI


-Me encantaría, Don Ricardo -no me quedaba otra, o El velero azul, o la incógnita que mi profesor me planteaba.


-¿Y qué libro era? ¿Te gustó? ¿Era un rollo, verdad? -comenté yo tan imprudente como siempre.


-¡Otra vez Vicente! -dijo Borja con una mirada fugaz casi asesina.


- Perdón, Borja, continúa, continúa, no lo he podido remediar. Su cara lo decía todo.


-Como iba diciendo, Don Ricardo se levantó de su asiento, y con una sonrisa enorme, me dijo:


-Va a conocer la mejor fórmula para apreciar el valor de la lectura. Su mundo será la lectura. Su vida comenzará a cambiar en pocos días. Usted tiene la llave para entrar nuevamente de lleno en su vida. Una vida donde los libros serán parte de usted, y usted de ellos. Y por el curso no se preocupe porque estoy seguro de que lo va a aprobar. Pero debe comprender bien todo, el libro le ayudará. Otra cosa, no lo deje por la mitad, es un libro “cortito”, sólo tiene cincuenta páginas. Decida qué día le apetece leerlo y recuerde: si empieza a leerlo debe acabarlo.”


-Y así me dejó- me explicó Borja. Me dio una palmadita en la espalda y me dijo: “qué tenga un buen día, Señor Ramos”.


En un primer momento sus palabras no tuvieron gran sentido para mí. Estaba en una encrucijada, mi madre me iba a preguntar y, si le contaba la verdad, me haría leer el libro. Si no se lo decía, tendría que esconder muy bien el libro porque sino ella me preguntaría y al final sería peor. Así, todo lo fui pensando mientras caminaba hacia mi casa. En el trayecto fueron pasando por mi mente algunas cosas que recordaba de la conversación con Don Ricardo, aunque la más importante, la que me dejó marcado era sólo una.


Si leía el libro me ayudaría a aprobar el curso, sé que no tenía sentido como tal. Para aprobar lo que debía hacer era estudiar, estudiar y estudiar, no leer pegos de detectives o de investigadores, pero la idea de pasar curso y no repetir era lo que más me empujaba a cumplir.


Al menos Don Ricardo lo estaba intentando, me estaba estimulando para aprovechar lo que quedaba de curso. Justo antes de llegar a mi calle lo tenía todo decidido. Lo haría, le comentaría a mi madre toda la charla y buscaría esa semana un día para comenzar la lectura.


-Perdona, sé que no te voy a dejar acabar pero me veo en la necesidad de interrumpirte. Por favor, por favor- supliqué a Borja.


-Dime Vicente, venga pero no muchas preguntas, rápido que sino no voy a poder acabar nunca. Aunque tienes tiempo, tampoco es necesario perderlo de esta manera, sino nunca descubrirás por ti mismo lo necesario para tu nueva vida.


-¿A qué te refieres? – le pregunté a Borja.


-Nada, nada venga, dispara.


- Vamos a ver, lo de que tu mundo será la lectura me lo dijo a mí también Don Ricardo, creo que casi todo lo tengo ya claro, aunque me faltan algunos detalles, te voy a dejar seguir hablando, además estoy convencido que el libro que te prestó puede ser el mismo que a mí - la seguridad en mis palabras era máxima la luz al final del túnel estaba empezando a verse ya.


-No creo Vicente, aunque según lo que me dices ya estás en disposición de seguir escuchando mi historia. Cuando la acabe, creo que sabrás qué pasos debes tomar para volver a tu mundo diario. Ahora mismo, como ya habrás podido observar, has entrado en una estancia diferente, todo es casi como la realidad, aunque debes descubrir la manera de salir de esto y volver a tu día

a día.


-¿También dejaste el libro que te prestó Don Ricardo a medias? – me preguntó Borja.


-¡Claro! ¡Cómo no había caído en eso antes! Por eso dijiste antes que conocías esta experiencia: tú tampoco acabaste de leerte el libro y has pagado como yo lo estoy haciendo ahora el precio por ello. Pero, ¿por qué has vuelto?


-Esa pregunta la contestarás tú mismo cuando me dejes continuar explicártelo todo.

lunes, 10 de mayo de 2010

Queda poquito hay que seguir siendo constantes 1 hora al día al final ...da alegría.

Lengua: Vocabulario tema 14, ejercicios 3,4 y 10 página 195. Estudiar para el control de mañana, verbos ser y estar.

Matemáticas: ejercicios 18,19 página 173. ejercicio 23 página 175. Ejercicio 11 página 177. ejercicio 1 página 176 ( estudiar tema fórmulas de áreas y perímetro)

Conocimiento del medio: ejercicios del 1 al 6 página 185. Estudiar para el control. Portada del tema 14 y en esta unidad página 187. Leer páginas 188 y 189.

Buena tarde y buen trabajo.

viernes, 7 de mayo de 2010

TAREAS VIERNES 7 DE MAYO 2010

Matemáticas: Perímetro página 175
ejercicios 21 y 22 pag 175. repasar las áreas. página 176 ejercicio 3. página 177 7,8,9 y 10.

Lengua: ejercicios 1 y 4 página 190. Portada, para empezar página 193. Leer texto. Vocabulario.
Estudiar control. Verbo ser los que no han superado el control, y verbo estar los que lo han superado.

Conocimiento: Resumen página 182 y 183. ejercicio 9 página 183. Estudiar todo.

Buen fin de semana y buen trabajo a todos.

jueves, 6 de mayo de 2010

EL PATIO DE LOS PERDIDOS CAPÍTULOS VIII Y IX

EL PATIO DE LOS PERDIDOS

CAPITULO VIII


Me gustaría hablar ahora de mis compañeros de clase. Hay de todo, algunos me caen mejor que otros, aunque por suerte no hay nadie que me caiga mal. Cada uno tiene sus particularidades. Más adelante os iré hablando de ellos.

Ahora tenía que acabar unas cuentas de dividir con decimales. ¡Qué pesadilla! diariamente haciendo cuentas, aunque las matemáticas me gustan, llega ya un momento que me aburren.

El otro día tuve la desgracia de olvidarme el cuaderno. Todos los días después de cenar mi madre suelta uno de sus tiritos (ya expliqué, creo, de lo que se trataba):

-¡Vicente, mañana no quiero ninguna nota de tu maestro sobre las ausencias o desapariciones de tus cuadernos o tus libros!, ¿de acuerdo?

-¡Siempre igual mamá! -comenté con cierto tono de enfado mezclado con la resignación de saber que seguía llevando razón, alguna que otra vez ya había pasado. Aún así, le contesté como siempre:

-Vale, vale, ahora después la hago, no te preocupes.

Al final, un pequeño error de cálculo (valga la redundancia, jeje), permitió que el cuaderno de matemáticas se quedará descansando en el segundo estante del armario, justo al lado de las estampas de fútbol, entre el escudo del Levante (es de los más difíciles de conseguir) y la caja de témperas. Este descuido, casi inapreciable para cualquier mortal, fue castigado duramente por mi profesor de matemáticas, al no presentarle las divisiones me invitó (qué ironía la suya) a realizar un número considerable de divisiones, para reforzar mi agilidad mental. Era su manera de asegurar que no tendría ningún otro pequeño error de cálculo. En eso llevaba toda la razón, el cuaderno no se me olvidará ni un día más en todo el trimestre.

Creo que quedé en comentaros algo sobre mis compañeros de clase. Volviendo a ese tema, os explico un poco como veo yo a mis compañeros. En clase hay varios grupos, somos muchos, es normal que cada uno se relacione más con unos que con otros. Donde más se refleja las distintas “asociaciones” que creamos, es en el tiempo de recreo. Algunos salen precipitados, como alma que lleva el diablo, para llegar los primeros al campo de tierra y ponerse a practicar su deporte favorito, el fútbol. A veces, su fanatismo por ese deporte es tal que, hasta olvidan comerse el bocadillo que llevan y cuando toca el timbre lo tienen todavía por la mitad. Otro grupito se arremolina en el bar del colegio para comprar el bocadillo. Parecen “las rebajas”, esas que salen en la televisión donde la gente se pelea y se dan hasta codazos por comprar una prenda, pues igual, vamos… Casi igual, todavía nadie ha llegado a las manos, ¡menos mal! Pero, van sorteando “obstáculos humanos” con una música de fondo muy original que todos los días se repite. Es algo parecida a esta: “DE… TORTILLA, DE…ATÚN CON TOMATE,…TORTILLA CON MAHONESA, UNOS “JUMPERS”, DOS PICOTAS, MEDIO DE JAMÓN…”

Para nosotros y para la familia del bar es el pan nuestro de cada día. Aguantando el tirón, esperando con mucha tranquilidad y paciencia la avalancha humana, se encuentran los dueños del bar. No encuentro más calificativos para que podáis imaginaros lo que se lía allí en un momento, son diez minutos, sí, pero, ¡qué diez minutos! Parece que hoy en día los ánimos están más calmados pero, aún recuerdo cómo algunos niños se subían al mostrador y se colaban dentro de la barra sujetando al hombre del bar para solicitarle su preciado bocata.

Parece que vamos aprendiendo y somos menos efusivos. O quizá haya menos niños que compran ya el bocadillo en el bar y lo traen de casa. No sé cual de las dos hipótesis será la verdadera, o a lo mejor hay muchas otras, ¿quién sabe? Mi madre siempre me deja en la cocina medio bocadillo y un tetra brick de zumo de naranja. Ella insiste en ponerme alguna pieza de fruta, pero yo prefiero la fruta al mediodía.


CAPITULO IX


-Don Ricardo siempre que acababa las clases, preguntaba si alguno quería consultarle alguna duda y se esperaba a las dos de la tarde. No le importaba quedarse a solucionar todas las dificultades que a los alumnos en el curso se nos iba presentando. - Así comenzó Borja a explicarme todo lo que antes mi impaciencia había obligado a posponer.

-Es verdad -repuse yo-, con nosotros también lo hace lo que sucede es que como salimos con tantas ganas de irnos a casa, que casi nadie se queda después de clase para preguntarle por qué es “la casa” el sujeto de esa oración o qué es eso del “complemento circunstancial de modo”.

-Es normal, Vicente, a nosotros nos pasaba tres cuartos de lo mismo –sonrió cómplice Borja antes de continuar con su relato-. Un día al finalizar las clases, al fin me decidí, me acerqué tímidamente hasta que se percató de mi presencia Don Ricardo y me preguntó:

-Borja, tiene algún problema, lo veo algo apurado, ¿qué ocurre?

Con algo de miedo al principio, comencé a explicarle mi situación y, conforme fui hablando un poco más, las palabras volaron de mi boca con mayor claridad y frescura superando el atropellamiento del principio.

Como si de una obra de teatro de esas que hay en el Avanti, Borja me representó toda la conversación que mantuvo con Don Ricardo:

-Mire, desde hace tiempo no consigo concentrarme en la lectura, y el libro voluntario que usted nos mandó, todavía… antes de que terminara la frase –recordó Borja- con media sonrisa se adelantó Don Ricardo diciendo:

-No lo ha empezado, ¿me equivoco?

-No, bueno sí… bueno, más o menos –cuenta Borja que balbuceó.- Ya lo he empezado cuatro veces pero no consigo continuar, se me va la mente en otra cosa.

- Entiendo, lo entiendo perfectamente –le dijo el profesor-.
Mire esa dificultad es más común de lo que piensa, a todos en algún momento nos ha ocurrido. En el fondo, el secreto está dentro de cada uno, lo podríamos llamar: vivenciar el libro. Es decidir, basta con que nos sintamos protagonistas de la historia, que nos involucremos en los personajes, en el contexto.

- Pero, ¿cómo me voy a sentir protagonista de la historia de un libro? -interrumpí sin timidez.

- El contexto. Todo lo que rodea al libro, me refiero al lugar dónde sucede la historia, la época en la que transcurre… toda una serie de aspectos importantes para situar la historia del libro, ¿comprende?

-Claro, claro, ahora sí- empezaba a entender algo.

Vamos a ver muchacho, siéntese cinco minutos más y le intentaré resolver parte del problema –prosiguió Don Ricardo-, aunque la solución está en sus manos, bueno podríamos decir que en su cabeza.

No sabía exactamente que es lo que quería decirme mi profesor, ni tampoco me hacía mucha ilusión que me mandase un libro de esos tostones, de muchas páginas, de los que encima, necesitas el diccionario para comprender lo que dice. Pero ya no había manera de salir, quizá no debí haberle hecho caso a mi madre: ahora se me avecinaba un mayor esfuerzo. Como ya no había marcha atrás pensé que lo mejor era salir del paso. No me imaginaba que todo transcurriría de manera completamente distinta a lo que me imaginé en un principio me imaginé.

-Intente ser muy sincero, Borja. Tranquilo, que sólo voy a preguntarle algo fácil – tanteó el profesor. ¿Qué libro de los que mandé ha escogido usted?

- “El velero azul” -contesté yo con cara de resignación.

-¿Por qué motivo?

-No sé, supongo que porque me regalaron mis tíos hace tiempo y todavía lo tenía en la estantería. Además, no es muy largo.

- Entiendo, pero, ¿cree que le gustará?, ¿ha leído de qué trata?

-Creo que de un barco que navega por varios puertos y un chico se cuela dentro del barco.

-¿Y de verdad ese tema le gusta?

-Pss, ¡qué va! no me gusta, pero algo había que elegir.

-¿Qué cosas le gustan Señor Ramos?

-Pues…el fútbol me encanta, también las videoconsolas, la

Música, el cine, sobre todo las películas de detectives, eso de ir descubriendo cosas me gusta.

-Ah, bien, bien, veo que tiene bastantes aficiones. Oiga si le dijera que le voy a dejar un libro de detectives, ¿qué le parecería?

En el fondo no me gustaba tener que leer nada, pero vistas las circunstancias, y en el punto de mira de mi profesor, no era cuestión de contestarle lo que verdaderamente me salía del alma: ¿no se entera, Don Ricardo?, ¡Qué no quiero leer nada de nada! Pero no era la respuesta más conveniente, y visto que mi situación no era como para tirar cohetes, mi respuesta fue obvia:

JUEVES 06/05/2010

Matemáticas: ejercicios 16 y 17 página 173. Resumen de la 173. Resumen página 174 ejercicio 20.

Lengua: ejercicios 7 y 8 página 190. Ejercicios B y D página 191. Estudiar todo lo anterior.

Conocimiento del medio: Resumen páginas 180 y 181. Ejercicio 8 página 181. Lectura páginas 182 y 183. Estudiar todo lo anterior.

miércoles, 5 de mayo de 2010

TAREAS MIÉRCOLES 05/05/2010

Lengua: Dibujar y explicar un museo página 188 y 189. Ejercicio 5 página 190.

Estudiar verbo ser, vocabulario dictado. Estudiar todo lo anterior.

Matemáticas: Resumen página 172. ejercicios 13,14 y 15. Leer página 173.

Conocimiento: Leer página 180 y 181.
Repasar todo lo anterior y llevar el cuaderno al día. Repasar los pueblos de Córdoba.

Todos los que no han entregado el minutero suspenso de verbos y conjunciones mañana sin falta deben entregarlo.

Buena tarde y buen trabajo.

martes, 4 de mayo de 2010

tareas MARTES 04/05/2010

Lengua: trabajo para el viernes mínimo dos folios. Recuerda página 186. Texto para organizar un trabajo. Leer página 188. Estudiar todo lo anterior y el verbo ser. Ejercicio 3 página 190.
nas
Matemáticas: ejercicios 9, 10 y 12 páginas 170 y 171. Resumen de las páginas 170 y 171.

Conocimiento del Medio: Estudiar control para mañana.

Buena tarde y buen trabajo.

lunes, 3 de mayo de 2010

EL PATIO DE LOS PERDIDOS CAPITULOS VI Y VII

QUEDAN TRES DÍAS...¿QUIÉN SALDRÁ EN LA NOVELA?? PRONTO LO DESCUBRIREMOS...

CAPITULO VI


Mi madre es un tesoro, la verdad, lo que pasa que a veces me sigue tratando como un niño chico. Yo me enfado cuando pasa eso, pero tengo razón, ya voy a cumplir 12 años y me tendría que dejar hacer más cosas. Más de un día tenemos peleas por eso. Mi padre dice que soy todavía muy pequeño y que ya tendré tiempo de hacer todo lo que quiera. Ese tema es mejor dejarlo porque sino no acabaría nunca. Además, en el fondo sé que tengo la batalla perdida porque al final no habrá manera y tendré que conformarme con la idea esa de mis padres, esa de que todo a su debido tiempo. Llevo escuchando esa cantinela desde hace años ya. A ver cuando cambian la frasecita.

Bueno a lo que voy, lo mejor de todo son los fines de semana. Cuando me levanto el viernes, lo hago con otra cara, completamente distinta al resto de la semana. Salgo de mi casa con una sonrisa y voy pensando en lo que será el fin de semana, Todo el día tranquilito, jugando a lo que me apetezca, sin agobios de tareas ni controles. Bueno esa es otra. Mi madre llega el viernes por la tarde antes de irme al colegio a jugar y echar un rato con mis amigos y me dice:
-Vicente yo no te digo nada, pero si te quitaras las tareas el domingo no tendrías que estar agobiado diciendo que no te da tiempo.

¿Entendéis lo que os decía? otra vez tiritos (jeje). Las madres son así, ya lo he dicho, encima tienen razón. Pero es que se me hace muy pesado ponerme con las tareas. El viernes toca descansar digo yo. Además, después de que nuestro tutor siempre pone los controles los jueves y viernes, yo acabo derrotado.

CAPITULO VII

Incertidumbre y desasosiego. Se entrecruzaban los sentimientos mientras nos dirigíamos calle arriba. Borja paseaba despacio, relajado, como si el tiempo no existiese y nadie nos estuviese mirando. En cambio, tanto acontecimiento extraño en el día me había hecho crearme una especie de atontolinamiento difícil de explicar. Así, lo primero que se me pasó por la mente lo solté:

-¿Tú también deberías estar en clase ahora? Si alguien que nos conoce, nos ve… ¿qué diremos?

-Ja, ja, ja, ja –Borja soltó una gran carcajada y sus pequeños ojos se convirtieron en unas delgadas líneas sobre su rostro. Tenía unos rasgos asiáticos, como si fuera japonés o chino, o de algún sitio de esos.

Después de la carcajada, me miró con benevolencia y echando su brazo por encima del mío, como si de un amigo de toda la vida se tratase, me dijo:

-Chaval, aquí no hay nadie, solamente estamos nosotros, nadie te
va a ver. Nadie te va a reñir por faltar al colegio.

¿Cómo puede ser eso? ya perdí los nervios definitivamente, no sin antes comenzar a llorar. Mis lágrimas caían sobre mi cara y con algo de dificultad iba gritando y reprochándole al pobre Borja:

-¿Por qué yo?, ¿por qué me ha pasado a mí esto? No entiendo nada… ¿Por qué que estamos solos, tú y yo? ¡No puede ser! Mis padres nunca me dejarían solo. Además, todo esto no tiene explicación. Estamos en Córdoba y todo sigue igual. Nada ha cambiado, salvo el colegio. ¿A qué viene todo esto?

No sé si me entendió bien Borja, ya que todo lo que había comentado estaba enturbiado por las subidas y bajadas de tono en mi voz mezcladas con mi llanto.

-Tranquilo muchacho -dijo Borja- Yo he pasado por esto ya y estoy puesto en tu camino para ayudarte aunque no sé bien cómo hacerlo. Comenzaré por explicarte todo lo que me pasó a mí y quizá así pueda ayudarte a recordar algo, a la vez que tú también me puedas ayudar.

-Pero… ¿Tú por qué estás aquí? ¿Qué has hecho?—dije.

-No se trata de lo que he hecho hoy. Te explicaré toda la historia. Si quieres saber lo que ha ocurrido hoy, mira, es sencillo. Igual que tú, me he levantado esta mañana sobre las ocho menos cuarto de la mañana. Mis padres se van a trabajar antes. Mi hermana pequeña está en otro colegio y se la llevan ellos, ya que estudia en un colegio en las afueras de la ciudad. Al salir de casa, me he dado cuenta de que me faltaba la carpeta con los apuntes de Literatura y he tenido que volver porque tenía un examen de Literatura a primera hora. Subí las escaleras del bloque y cuando bajé…

-Espera, espera, perdona que te interrumpa Borja -dije mucho más relajado después de haberme desahogado- Creo que empiezo a recordar más cosas.

Empecé a acelerarme hablando, estaba como una moto, como si sólo yo dijera cosas interesantes y sin darme cuenta de que había cortado la conversación a Borja, pero es que sentían ganas incontrolables de explicarle que había visto la luz que todas mis teorías e hipótesis juntas: el papel que me encontré en el solar, (antiguo colegio) estaba escrito por Don Ricardo, profesor del colegio de Literatura, bueno Lengua, pero así se llama en Secundaria. En el papel podían leerse frases que decían que tenía que comprender, pensar por mí mismo y buscar la llave. ¿Tendrá que ver eso con tu examen de Literatura?

-¿Quién es tu profesor de Literatura? -le pregunté a Borja.

-Pues Don Ricardo, chaval, el mismo que el tuyo da clase tanto en Primaria como en Secundaria; tiene el horario dividido entre las horas que da en E.S.O y las que da en tu curso. Solamente imparte Lengua en una clase de Primaria. Es el primer año que coincide en los dos niveles, supongo que debe ser complicado.

-Eeeeee… ¡eureka! ¡Ves! ¡Ya tenemos algo! -le sugerí a Borja con una sonrisa de triunfo, como el que acaba de marcar un gol extraordinario, completamente orgulloso del hallazgo que había realizado

-¿Vicente?, Vicente me has dicho que te llamabas, ¿verdad?

-Sí, sí -repuse yo.

-Si me dejas explicarme y no me cortas más la conversación quizá te enteres de qué va esta película, ¿entiendes?- sentenció Borja.

Sus palabras iban marcadas con algo de rabia contenida. Mis mejillas se enrojecieron en un santiamén. Evidentemente, había actuado como un desaprensivo, sin escuchar nada de lo que me quería contar Borja, como cuando en clase estoy con la mano levantada antes que el profesor acabe de explicar. Entonces, agaché mi cabeza resignado y asentí:

-Te entiendo Borja, prosigue, debo aprender a escuchar mejor.

-No pasa nada muchacho -ya había cambiado esa rabia por un tono más pausado-. Te cuento, escucha con atención: tengo 16 años y estoy repitiendo cuarto de E.S.O. Nunca he contado a nadie lo que te voy a decir. De hecho, lo tomé como un sueño, una pesadilla algo larga, pero que se resolvió de la mejor manera posible. Cuando estaba en sexto de Primaria como tú estás ahora, también me dio clase Don Ricardo. Impartía la asignatura de Lengua como hace en tu clase. Al final del segundo trimestre, mis calificaciones estaban siendo desastrosas en varias asignaturas y las probabilidades de repetir curso eran bastante altas. El caso era que yo no encontraba mucho interés en el estudio a pesar de la insistencia de mis padres en que estudiase diariamente e hiciese los ejercicios. Pero yo no acaba de encontrar nada que me diera aliento para salir adelante.

-Un día Don Ricardo propuso un libro voluntario –continuó explicando Borja-. A todos los alumnos que se lo leyesen les subiría un punto en la nota final, en junio. La verdad es que a mí lo de leer no me va demasiado. Nunca me gustó y además, cuando sólo había leído el prólogo, ya estaba pensando en otra cosa, y el libro acababa encima de la mesa. Así es que mi madre, una de las veces que me vio intentando leer el libro, me dijo: “¡Como vas a concentrarte si pasas las páginas pensando en las musarañas!”. Desde luego, hay que ver como nos conocen las madres. Sí, mamá, para que te lo voy a negar no sé ni quién es el protagonista estando ya en el tercer capítulo. Entonces, mi madre me aconsejó que hablara con mi profesor de Lengua para explicarle lo que me pasaba y resultó que él tenía la clave para solucionar mi falta de interés por la lectura.

CONTINUARÁ...

LUNES 3 de Mayo.

Lengua: página 185 resumen y ejercicios 21,22 y 24. Estudiar todo lo anterior y verbo ser.

Matemáticas: definición de superficie y área, página 169 ejercicios 6 y 7.

Conocimiento: Resumen páginas 178 y 179. Ejercicios 4 y 5.

Buena tarde y buen trabajo.

domingo, 2 de mayo de 2010

FIN DE SEMANA

Tareas para el fin de semana:

Lengua: Leer página 184. resumen 184, ejercicios 16,17 y 18 y estudiar el verbo ser.

Conocimiento del medio: repasar tema 12. leer páginas 176 y 177. ejercicios 4,5 y 7 página 173. resumen historia con los tres pasos y las fuentes página 176 y 177.

Matemáticas: según lo que tenga cada uno.

Ciudadanía: página 62 y 5 ejercicios página 63.