CAPITULO II
Es un buen momento ya para las presentaciones. Me llamo Vicente Villar, tengo 11 años y estoy estudiando sexto de primaria. En mi clase somos 27 y llevamos ya muchos años juntos, desde primero. Parece mentira que hayan pasado tantos años. Ya mismo acabamos el curso y el año próximo todavía no sabemos si nos separarán o seguiremos todos.
Yo tengo un poco de miedo, lo reconozco, sobre todo porque me siento más cómodo y más seguro estando con mis compañeros de toda la vida. También es verdad que sería un buen momento para hacer mejores amistades con otra gente. Eso de estar desde siempre en la misma clase ha provocado que muchas veces me limite a estar con mis compañeros y no me relacione con compañeros de otras clases.
Mi clase es la mejor, bueno, está feo que yo lo diga, pero es la verdad. Por lo menos a mí me da esa sensación. Formamos una gran clase. Cuando ponemos todos de nuestra parte conseguimos grandes cosas. Lo malo es cuando nos peleamos, al final siempre salimos perdiendo todos, porque nuestro tutor nos dice que la clase somos todos y, si pasa algo, repercute en los demás.
Con las niñas antes nos llevábamos peor, discutíamos siempre en los recreos y, a veces, les pegábamos pelotazos cuando nos decían cosas. Luego, ellas se chivaban y nos castigaba el profesor. Pero esa época ya está casi pasada. En mi casa dicen que es porque estamos madurando, aunque yo creo que no es sólo por eso. Ahora ellas ya no nos molestan tanto, se ponen en corrillo y empiezan a reírse mucho. Yo no las entiendo la verdad. Nosotros preferimos jugar al fútbol o a dar balonazos al aire, bueno, también nos lo pasamos muy bien cuando uno coge la pelota y empieza a darle pelotazos a otro. Así empezamos todos contra todos y nos reímos una barbaridad; ¡mientras no te dé nadie! es divertidísimo, lo malo es cuando te dan, que pica un poco. Últimamente ya no lo hacemos porque nuestro tutor no nos deja y nos ha castigado sin balón en los recreos.
CONTINUARÁ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario